La cultura humana asocia a los cocodrilos con el peligro, pues la fuerza de estos y sus mandíbulas letales le aseguran fama de fieros.
Sin embargo, más allá de imaginaciones y alguna historia real, el verdadero peligro está en la relación de estos con el hombre.
Los cocodrilos habitan nuestro planeta desde hace más de doscientos millones de años y, tras repetidas glaciaciones 23 especies han logrado salvarse, sin embargo, el Grupo de Especialistas en Cocodrilos, una asociación internacional que impulsa la conservación, destacó que en 1971 todas las especies estaban amenazadas de extinción.
Hoy por suerte, los programas de recuperación permiten la vida de algunas de ellas, pero al menos siete siguen enfrentando el peligro de desaparecer.
Una de ellas es el Cocodrilo acutus o americano que es originario del sur de México y Centroamérica y que con éxito se reproduce en Cuba.
Uno de los criaderos destinados en el país para la reproducción de la especie se encuentra en la Estación Biológica de Sabanalamar, ubicada en el municipio pinareño de Guane, distante unos 200 kilómetros de la Ciudad de la Habana, donde mediante estudios se conocen las características morfológicas, el nivel de supervivencia de las crías en vida libre y el control alimentario y de adaptación al medio natural.
El cocodrilo acutus es un gran organismo que puede medir hasta 7 metros de longitud y vive en lagunas y pantanos. Su hocico es relativamente largo y estrecho, el cuerpo es macizo, aplanado, ancho, recubierto de grandes escamas.
Las hembras desovan entre marzo y mayo y pueden llegar a colocar hasta 50 huevos por nido y será la temperatura quien determine el sexo de los nuevos organismos, pues si se mantiene por debajo de los 30 grados predominarán las hembras.
Con siete años el cocodrilo alcanza un tamaño de 1 metro 50 centímetros y pasa a la segunda fase de desarrollo, dos años después abandona el cubículo y vive en la laguna de reemplazo donde llega a medir 2 metros, 50 centímetros. Solo entonces puede vivir junto a los reproductores, en un ciclo que se mantiene con 30 ejemplares.
Los científicos creen que el secreto de la supervivencia de los cocodrilos está en soportar los cambios, pues si el ambiente se hace intolerable, se pueden aletargar incluso bajo el agua.
El trabajo de técnicos y especialistas de la Estación Biológica del área protegida Sabanalamar-San Ubaldo ha permitido la reproducción en cautiverio de más de 800 ejemplares del cocodrilo acutus.
Este es uno de los reptiles de más talla entre los que viven en Cuba, pues algunos ejemplares logran alcanzar alrededor de cinco metros de longitud. Su fama de fieros engrandece el peligro, sin embargo valdría la pena que los humanos fuéramos conscientes que para los cocodrilos nosotros somos el riesgo.
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