El bocachico es originario en Colombia, de los ríos Magdalena y Sinú y fue el pez de consumo más popular en la costa Caribe Colombiana hasta mediados de la década del 90, cuando su captura en estos ríos y sus ciénagas, comenzó a disminuir vertiginosamente debido a la sobrepesca indiscriminada en su época de "subienda" (Enero y Febrero de cada año) y a la falta de una política sostenida de fomento de la especie por parte del gobierno nacional.
Hoy, las comunidades han venido reemplazando el consumo estacional del bocachico por el consumo permanente de la tilapia plateada (oreochromis nilóticus) que en buena hora ha venido extendiéndose por los cuerpos de agua cenagosas del caribe colombiano y ha conservado en los mercados, un precio accesible para los habitantes de menor capacidad de compra ( menos de un dólar por Kg de pez entero).
La disminución de la oferta de un bocachico nacional de buen tamaño ha ocasionado la entrada al mercado de un bocachico extranjero de menor calidad respecto al sabor, pero que conserva un precio relativamente alto respecto a los productos sustitutos.
a especie puede salvarse si se implementan adecuadas estrategias de repoblación de la especie y se ayuda a superar la endogamia presente entre sus poblaciones.
El estudio realizado por investigadores del Departamento de Biología revela que el bocachico o Prochilodus magdalenae, está siendo afectado por la sobrepesca, la utilización de métodos inadecuados de captura, la contaminación de las aguas, la sedimentación a causa de la deforestación, la introducción de especies exóticas, y el drenaje de cuerpos de agua o el tapado de los caños y quebradas que desembocan en el río.
Esto ha conducido a que el tamaño de las poblaciones de peces disminuya, a que sea notorio un proceso paulatino de reducción de su talla y a que la endogamia sea una característica genética de la población. Es decir, que sean frecuentes y continuos los cruzamientos entre parientes cercanos.
Así se ha perdido la variabilidad genética, concluye la investigación adelantada durante un año en diez localidades del Alto y Bajo Sinú, comprendidas entre el Embalse de Urrá y la Ciénaga de Bañó. Igualmente, se hizo un estudio de las poblaciones que se mantienen en cuatro estaciones piscícolas del Departamento de Córdoba.
El estudio realizado por investigadores del Departamento de Biología revela que el bocachico o Prochilodus magdalenae, está siendo afectado por la sobrepesca, la utilización de métodos inadecuados de captura, la contaminación de las aguas, la sedimentación a causa de la deforestación, la introducción de especies exóticas, y el drenaje de cuerpos de agua o el tapado de los caños y quebradas que desembocan en el río.
Esto ha conducido a que el tamaño de las poblaciones de peces disminuya, a que sea notorio un proceso paulatino de reducción de su talla y a que la endogamia sea una característica genética de la población. Es decir, que sean frecuentes y continuos los cruzamientos entre parientes cercanos.
Así se ha perdido la variabilidad genética, concluye la investigación adelantada durante un año en diez localidades del Alto y Bajo Sinú, comprendidas entre el Embalse de Urrá y la Ciénaga de Bañó. Igualmente, se hizo un estudio de las poblaciones que se mantienen en cuatro estaciones piscícolas del Departamento de Córdoba.
Estos resultados son revelados a partir de muestras de tejido muscular o de agallas de peces adultos o de alevitos, analizadas por la investigadora Diana Santacruz. Para esto, Santa Cruz utilizó marcadores moleculares microsatelitales, una herramienta de la biología molecular empleada ampliamente durante los últimos años en diferentes estudios de la herencia y la diversidad.
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